Colaboración del maestro Guillermo.

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Evidentemente la respuesta es no, pero estuvimos muy cerca.

Según una última teorí­a basada en estudios del Atlas de Vallard de 1545 (15 mapas dibujados a mano), que marca exactamente los accidentes geográficos de la costa este de Australia en portugués, se desprende que el navegante luso Christopher de Mendoní§a lideró una flota de cuatro barcos que llegó a Botany Bay en 1522, casi 250 años antes que el capitán británico James Cook, con su mí­tico naví­o Endeavour, lo hiciera en 1770. Para muchos, no son evidencias suficientemente fundadas como para probarlo.

Otras teorí­as mantienen que el primer europeo en tocar tierra australiana fue el holandés Dirk Hartog, por la costa occidental. Aunque la labor más importante fue la realizada por Abel Janszoon Tasman, quien en 1642 divisó la isla que en su honor hoy se conoce como Tasmania.

No obstante, en 1606, una expedición española comandada por el capitán Quirós, formada por tres naves y 300 marineros y soldados, partió desde las costas de Perú y alcanzó una nueva tierra tras navegar por el Pací­fico durante cinco meses. Se presuponí­a que, siendo el planeta redondo, en el Hemisferio Sur debí­a existir un gran continente que sirviera de contrapeso a la gran masa terrestre que forman Europa, Asia y el norte de África.

Quirós tomó posesión de las tierras a las que acababa de llegar con la convicción de que se trataba del nuevo continente, bautizándolo como «Austrialia» del Espí­ritu Santo, en honor a la Casa de Austria, que reinaba en España en la persona de Felipe III, y a la Iglesia. Dicen que más tarde el nombre pasó a ser Australia, que perdura desde entonces. (Las teorí­as oficiales apuntan que el nombre de Australia deriva del latí­n «australis», que significa «del sur», la mí­tica tierra desconocida del sur («Terra Australis incógnita») de los romanos).

Pero Quirós, en realidad, estaba a unos 2.400 kilómetros de la costa australiana, en concreto en la mayor de las islas Nuevas Hébridas, que aún hoy conserva el nombre de «Espí­ritu Santo».

El error del capitán Quirós evitó que Australia se convirtiese en colonia española.

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Pero más casualidades y errores se sucedieron y confabularon para que los navegantes españoles nunca llegaran a la colonización de aquellas tierras:

Al partir Quirós de regreso a América, una tormenta separó a las tres naves que componí­an la expedición. Una de ellas, la gobernada por su segundo, Luis Vaez de Torres, cayó en la cuenta del error de Quirós, e inició en junio de 1606 su propia búsqueda de Australia.

Sin saberlo, entre el 1 y el 5 de octubre de 1606, Torres fue el primer hombre en atravesar el estrecho que separa Papúa Nueva Guinea de Australia, motivo por el que este paso de mar se llama «Estrecho de Torres».

Algunos historiadores afirman incluso que, durante su travesí­a por el estrecho, Torres tuvo que ver sin duda el cabo de York (el extremo más septentrional de Australia), pero que al no ver una lí­nea de costa prolongada debió confundirlo con una isla.

Y así­ fue como la Historia cuenta que los españoles pusimos el nombre a Australia (?), al Estrecho de Torres, y que estuvimos a punto de descubrir aquellas lejanas tierras.

Guille