ANTECEDENTES

En las elecciones de 1932, el Partido Nacional Socialista de los Trabajadores (Partido Nazi) fue la fuerza más votada, y el presidente Hindemburg nombró canciller a Hitler -a grandes rasgos, para ver todos los detalles «¿Tú habrías votado a Hitler en unas elecciones democráticas?«-.  A las duras condiciones impuestas por los Aliados y la pérdida de antiguos territorios, en favor de Checoslovaquia y Polonia,  la propaganda del Partido Nazi se encargó de alimentar el sentimiento de humillación alemán que inundó las calles de un amargo resentimiento.

En la conferencia de Munich de 1938, Alemania recuperaba los Sudetes (zona fronteriza con Checoslovaquia) con el consentimiento de Francia y Gran Bretaña. La debilidad de los occidentales hizo crecerse a Hitler y dudar a Stalin. Las ideologí­as marxistas y nazi, diametralmente opuestas, convergí­an en intereses comunes y llegaron a un acuerdo. Hitler ya tení­a pensado la invasión de Polonia, pero tení­a que buscar pretextos que la justificasen. Pues dicho y hecho: recuperar el corredor de Pomerania (en Prusia) y el puerto báltico de Danzing (antiguos territorios alemanes, ahora controlados por Polonia). La pasividad de Francia y Gran Bretaña y los pretensiones anexionistas de Alemania por el Oeste y de la Unión Soviética por el Este, colocaron a Varsovia en el centro del huracán. El 25 de agosto de 1939 los ministros de exteriores ruso, Molotov, y alemán, Ribbentrop, firmaban un pacto de no agresión. La sentencia de Polonia estaba firmada.

Molotov y Rebbentrop

Hitler sabí­a que, tarde o temprano, Francia y Gran Bretaña tomarí­an cartas en el asunto, así­ que la invasión de Polonia servirí­a de prueba de fuego para la Wehrmacht (fuerzas armadas alemanas). La primera fecha para la invasión de Polonia era el 23 de agosto de 1939, pero se retrasó al prometer Gran Bretaña ayuda a Polonia. Tras varios maniobras diplomáticas, se concretó la fecha definitiva: el 31 de agosto de 1939.

PROTAGONISTAS

  • Alemanes: Adolf Hitler, Wilhelm Keitel (jefe del alto mando de las fuerzas armadas), mariscal de campo Walter von Brauchitsch (comandante en jefe del ejército), coronel general Franz Halder (jefe del estado mayor general), coronel general Gerd von Rundstedt (ejército del Sur) y el coronel general Fedor von Bock (ejército del Norte).
  • Polacos: general Edward Rydz-Smigly (comandante en jefe polaco) y general Tadeusz Kutrzeba (comandante de la contraofensiva del Bzura).

CAMPAÑA

La guerra comenzó el dí­a 1 de septiembre a las 04:00 horas, cuando el viejo acorazado Schleswig-Holstein abrió fuego contra la guarnición polaca de Westerplatte, el «Verdún polaco» aguantó una semana los bombardeos de la Luftwaffe y repetidos asaltos de infanterí­a.

La defensa de Mokra: existe un mito sobre la carga de la caballerí­a polaca contra los Panzers (vehí­culo de combate blindado) que exalta el valor de los jinetes frente a los carros de combate. Si bien el ejército alemán era más poderoso que el polaco, nunca se produjo tal carga, aunque si hubo en Mokra un duro enfrentamiento entre la Brigada de Caballerí­a Wolynska contra la 4ª División Panzer. La brigada polaca infligió pérdidas de importancia  por la mala coordinación de los ataques de carros de combate alemanes y gracias al apoyo recibido por el tren blindado Smialy (tren con dos coches blindados y dos cañones), muy eficaces contra la coraza de los Panzer, pero demasiado vulnerables a los ataques de los Stuka (bombardero en picado)

Francia y Gran Bretaña declaran la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939. Pero la movilización de sus tropas fue muy lenta. Los polacos estaban solos.

Frente de Varsovia: el 7 de septiembre las Divisiones Panzer 1ª y 4ª llegan a las afueras de Varsovia. El mariscal Rydz-Smigly decide trasladar su cuartel general de Varsovia a Brzesc-nad-Bugiem. Los carros de combate, sin apoyo de la infanterí­a, sufrieron bastantes bajas en los suburbios de Varsovia por la artillerí­a camuflada en las calles. La 4ª Panzer fue llamada hacia el oeste para hacer frente a la contraofensiva polaca del Bzura.

Contraofensiva del rí­o Bzura: era la primera batalla en la que el ejército polaco disfrutó de superioridad numérica. El 9 de septiembre 3 divisiones de infanterí­a y 2 Brigadas de Caballerí­a se enfrentaron a 2 divisiones alemanas, a las que derrotaron y capturaron más de 1.500 prisioneros. Pero el ataque de las Divisiones Panzer 1ª y 4ª desde Varsovia maniataron a los polacos. Tras una semana de intensas luchas y repetidos bombardeos de los Stuka, el ejército polaco fue barrido (120.000 prisioneros). Ahora los alemanes se concentrarí­an en el asedio a Varsovia.

Asedio final a Varsovia: el dí­a 15 de septiembre, la 4ª División Panzer vuelve a Varsovia y, con las defensas ya muy dañadas, consiguen entrar. Con la llegada de la infantería, hacen una limpieza casa por casa. El dí­a 21 de septiembre los alemanes logran cerrar la capital rodeándola con 13 divisiones. Tras varios dí­as resistiendo el asedio, el 25 de septiembre, conocido como el «Lunes Negro», 1.200 aviones bombardean la ciudad con la mitad de sus existencias de bombas para la compaña polaca, falleciendo miles de civiles. La tarde del 26 de septiembre Juliusz Rommel, jefe del Ejército polaco, envió parlamentarios para discutir los términos de la rendición. El 27 de septiembre Varsovia capitulaba y 140.000 soldados se entregaron. El último reducto polaco, Kock, caí­a el 6 de octubre.

El ejército Rojo: el 17 de septiembre el ejército Rojo comenzó a invadir Polonia por el este. Todo estaba pactado en el acuerdo Molotov-Ribbentrop, pero Stalin se retraso en parte por la incertidumbre sobre la reacción de las potencias occidentales y en parte por el conflicto con Japón. Firmado el armisticio con Japón y visto que Francia y Gran Bretaña no reaccionaban, Stalin decidió movilizar al ejército y tomar su parte del pastel.